Júzgueme el primero, señoría

En el año 2011, Jonathan Levay y Shai Danziger llevaron a cabo un curioso experimento en que estudiaban los factores que afectaban a la probabilidad de que los jueces concediesen la libertad condicional a los presos que la solicitaban.

Analizaron 1.112 decisiones emitidas por 8 jueces experimentados diferentes, en un periodo de 10 meses.

¿Cuál fue el factor más determinante que se encontró para aventurar si un preso obtendría la tan ansiada libertad? ¿La raza? ¿El género? ¿La edad? ¿El crimen? ¿La duración de la pena?

Pues la respuesta sería “no” en los 5 casos.

El factor más relevante era la hora del día a la que el juez resolvía la petición.

Aquellos presos que tenían la suerte de que el juez estudiase y resolviese su caso al inicio de la jornada, tenían hasta un 65% de posibilidades de obtener la libertad condicional.

Ese porcentaje se iba reduciendo hasta ser casi 0 antes del descanso para comer.

Volvía a ser del 65% aproximadamente tras el descanso y volvía a reducirse paulatinamente a medida que el juez iba tomando decisiones.

A pesar de no existir un consenso claro respecto a qué explica este resultado, yo te traigo un concepto que me parece decisivo y que además puede servirte a ti para la gestión tanto de aspectos personales como de tu equipo o empresa: LA FATIGA DE DECISIÓN.

La fatiga de decisión hace referencia a que nuestra fuerza de voluntad y capacidad para tomar buenas decisiones se reduce después de un periodo prolongado de toma de éstas. Es la disminución de energía y enfoque que experimentamos después de tomar muchas decisiones.

En el caso de los jueces, a medida que aparecía esa fatiga sus decisiones pasaban a decantarse por la opción que requería menos esfuerzo (y por tanto menos gasto de energía) y implicaba menos riesgo, que en este caso sería dejar al preso en la cárcel.

Se estima que de media las personas tomamos 35.000 decisiones al día (más del 99% de forma inconsciente).

Así que si tenemos en cuenta que nos pasamos el día tomando decisiones (algunas más relevantes, otras casi intrascendentes), y que la energía que tenemos es limitada y va disminuyendo, resulta interesante plantearse la mejor manera de gestionar esa energía y esa toma de decisiones.

Por mi parte, aquí te dejo algunas pequeñas estrategias que tal vez puedan ayudarte:

  • Planifica las decisiones repetitivas y menos importantes con antelación: no malgastes tu energía nada más comenzar el día pensando por ejemplo qué ropa vas a ponerte. Son decisiones que puedes tomas el día antes y que así no te lastran nada más levantarte.

 

  • Conócete, descubre cuál es tu ciclo de energía, cuando estás en condiciones óptimas: hay gente que empieza el día pletórica, y hay a quien le cuesta un poco arrancar. Conocerte te va a ayudar a distribuir mejor la carga de trabajo y de decisiones.

 

  • Haz descansos cortos a menudo para despejarte y recuperar energías: por si hay alguna duda, descanso es descanso. DES-CAN-SO. No es parar de hacer alguna tarea y aprovechar para revisar correos o devolver llamadas. Puedes plantearte parar 5 minutos cada 40-45 minutos, y verás como tu nivel de energía se mantiene más estable durante toda la jornada y rindes más.

 

  • Evita darle vueltas a una decisión hasta que tengas que tomarla o actuar: todo tiene su tiempo y espacio. Pensar el viernes por la noche sobre un tema que difícilmente vas a gestionar hasta el lunes por la mañana en la oficina conlleva un gran desgaste, y más confusión que claridad. Cuando tengas que tomar una decisión, enfócate. Cuando no sea el momento, no le de vueltas.

 

  • Finalmente, si tienes una tarea/decisión importante o que te cuesta especialmente, tómala en tu momento de máxima energía, a 1ª hora o tras un descanso largo, y enfócate únicamente en esa tarea/decisión.

Acuérdate de los jueces, y piensa cuándo querrías que tomasen la decisión sobre tu caso.

10 respuestas a «Júzgueme el primero , señoría»

  1. Un post de mucho valor teniendo en cuenta que tomamos unas 35 000 decisiones al día, según escribes. Gracias por los consejos y el de la ropa, curiosamente lo he aplicado desde el confinamiento. Lo que hago es reducir la ropa a tres opciones y simplemente las voy variando. Admito que adoro la moda y la variedad pero en este momento siento que necesito optimizarr energía precisamente para eso, para ser más fluida con mis decisiones. Gracias!!!

  2. Wow!! 35 000 decisiones por día!! Ahora entiendo por qué me cuesta tanto tomar las últimas decisiones del día, ya en casa cuando estoy más agotada, y que además pueden ser las más importantes del día. A partir de ahora, responderé, mañana lo decidiré, estoy cansada. Gracias Joan!

    1. Sigo reflexionando sobre la toma de decisiones y la energía…… Una de las cosas que suelo valorar al tomar una decisión es la energía que voy a consumir por las consecuencias de esta.

  3. Muchas gracias Joan por compartir este planteamiento. Me parece súper interesante esta relación entre energía y toma de decisiones y voy a tenerla en cuenta y prestar atención a ver en qué situaciones me es más sencillo o complejo tomarlas. Gracias

  4. Que interesant Joan! Al final, si volem ser eficients hem de cuidar a què dediquem la nostra energia, i d’aquí també a la importancia de les prioritats, de planificar… També molt interessant tenir present els nivells d’energia durant el dia i la importància del DES-CAN-SO! Gràcies Joan!

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