Las cosas no se dicen...

Siempre me gustaron los refranes, frases hechas, aforismos… me parece que tienen una capacidad enorme de condensar en unas pocas palabras mensajes muy potentes, que impactan y pueden cambiar por completo cómo una persona percibe una situación determinada. 

Aun así, a veces se da la curiosa circunstancia de que 2 de estas frases sean aparentemente contradictoriasy lo que pasa es que podemos escoger la que más nos apetezca en un momento dado para respaldar nuestra posición.  

Por ejemplo: 

“a quién madruga Dios le ayuda” vs “no por mucho madrugar amanece más temprano”. 

Y ahí el tema pierde su gracia. 

También puede ocurrir que una frase tenga un mensaje interesante, pero una interpretación literal choque con algún otro concepto que tengamos muy arraigado. 

Por ejemplo: 

“las palabras se las lleva el viento”. 

Yo creo que las palabras tienen un gran poder, el poder de crear o de destruir, de herir o de aliviar, de unir o de separar…  

Me cuesta mucho usar esta expresión porque su sentido literal me incomoda. 

Finalmente, tenemos expresiones que directamente me parecen poco menos que un despropósito. 

Me cuesta llegar a imaginar cuánto daño ha hecho la tan utilizada expresión “más vale malo conocido que bueno por conocer”.  

¿De verdad? ¿Quedarnos con algo que nos hace daño por miedo a que lo que podamos hacer lo empeore? 

Si fuese “más vale bueno conocido que mejor por conocer podríamos hablar de conformismo, pero en su versión original a mí me transmite resignación e impotencia, y creo que siempre se puede (y se debe) hacer cosas para mejorar, especialmente cuando la situación la definimos como “mala”. 

En fin, todo esto viene a cuento de lo siguiente: 

Hace poco le oí una frase a mi admirado Álex Rovira que decía así: 

“las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas”. 

Circunscrito al ámbito del liderazgo, mi interpretación es que la frase apela a la ejemplaridad.  

Un líder debe predicar con el ejemplo, y ser el primero en hacer las cosas que quiere que su equipo haga.  

Como concepto está muy bien, pero lo de “las cosas no se dicen”… puede ser un gran problema porque no siempre la gente está pendiente de lo que hacemos, o no lo interpreta del modo que nosotros esperamos. 

Ejemplaridad sí, comunicación (verbal incluida) también. 

Tal vez un: “la mejor manera de decir las cosas es hacerlas. Pero dilas también, por si acaso” 😉. 

PD: escribo este artículo teniendo en mente en todo momento a mi padre. Una persona cuyo fuerte nunca ha sido la comunicación verbal, pero que toda su vida ha hecho honor a la frase de Álex Rovira.  

Me costó muchos años aprender a escuchar a mi padre de la forma en que me hablaba. Hoy es para mí un referente moral, un ejemplo de honradez, integridad, sacrificio y amor. 

Gràcies papa. T’estimo. 

Una respuesta a «Las cosas no se dicen…»

  1. Así es Joan, qué importante es la comunicación, y a su vez cuántas maneras distintas y poderosas de comunicar. Importante estar atentos a cómo comunicamos y cómo comunica nuestro entorno. Somos seres sociales por lo que trabajar nuestra comunicación creo que es una manera más de cuidarnos.
    Gracias!!

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