Métete el martillo por..

Se acerca el momento de tener esa reunión/conversación inevitable, y que en cierto modo temes.

Estás nervios@, se te acelera el pulso…

Resulta que antes de que empiece ya está teniendo lugar en tu cabeza.

Cuando pienso en esa voz en mi cabeza me acuerdo de la siguiente historia*:

Un hombre quiere colgar un cuadro. Tiene clavos, pero le falta el martillo. El vecino tiene uno, así que nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste el martillo. Pero de pronto le asalta una duda:

“¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó distraído. Quizás tenía prisa. Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y resulta que tiene algo contra mí. ¿Qué puede ser? Yo no le he hecho nada; se le habrá metido algo en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada una herramienta, yo se la dejaría enseguida. ¿Por qué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede negarse uno a hacer un favor tan sencillo? Tipos como ese le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo. ¡Esto ya es el colmo!”

Así que nuestro hombre sale precipitadamente a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino diga una palabra, le grita furioso: “MÉTETE EL MARTILLO POR DONDE TE QUEPA, GILIPOLLAS!”

¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿Has oído esa voz en tu cabeza narrándote lo que aún no ha ocurrido? A mi muchas…

En muchas ocasiones a lo largo de nuestra vida personal hemos afrontado conversaciones con hijos, pareja, padres … que bien han podido llevarnos a vivir una situación así.

Y no digamos ya en el desempeño de nuestro rol de líderes.

Puedes llegar a tener situaciones así a diario, e ir mentalmente enlazando una conversación tras otra …

No es mi intención es este artículo abordar la gestión del diálogo interior, que por otra parte es un tema fascinante, sino compartir algunas preguntas que aprendí durante mi formación como coach teleológico en el Institut Gomà (gràcies Hermínia) que me sirven para preparar estas conversaciones/reuniones y para gestionar de la mejor forma posible la aparición de esa voz interior.

1.- ¿Para qué quieres mantener esa conversación?

Es importante (más incluso que el motivo que nos lleva a esa situación) saber qué queremos conseguir.

No tener un objetivo claro puede hacernos sentir perdidos, vamos a ir exponiendo y respondiendo sin tener la sensación de avanzar, porque no sabemos hacia dónde queremos ir.

2.- ¿Qué quieres decir?

En algunas ocasiones nos perdemos cuando comenzamos a exponer situaciones y/o datos uno tras otro, que nos han llevado al punto en que estamos, pero que poco o nada aportan al objetivo que tenemos. Tener claro qué queremos decir y centrarnos en ello va a ayudarnos a que nuestro mensaje sea más claro.

3.- ¿Qué emoción te está acompañando?

Es muy importante saber qué emoción despierta en ti el tema que vas a tratar. No es lo mismo una situación que te genera rabia, que una en la que te sientes culpable, o en la que sientes vergüenza …

La emoción puede afectar mucho al mensaje y al desarrollo de la conversación, es importante ser consciente de cómo te sientes.

4.- ¿Desde qué posición vas a comunicarme?

Enlazado con la pregunta anterior, y también con tu rol respecto a la/s otra/s persona/s, puedes ir como víctima, como persona en “superioridad”, o “inferioridad”, puedes ir con actitud reactiva …

¿Desde dónde quieres mantener esa conversación?

Podemos también preguntarnos qué valores están en juego, cómo puede afectar esa conversación a la relación, incluso trabajar con posibles obstáculos que pueden aparecer y cómo gestionarlos.

Al final, si preparas bien la reunión, tienes muchas más posibilidades de que tu vecino te deje el martillo 😉.

*extraído del libro “El arte de amargarse la vida”, de Paul Watzlawick. Ed. Herder

Una respuesta a «Métete el martillo por…»

  1. Uau interesant article sobre temes importants i abordats de manera clara i concisa! La importància del para qué i del nostre estat emocional. També la dels rols en que arribem a actuar en les diferents circumstàncies.
    Afegiria la importància de la estratègia sostenible. Podem planificar i anticipar-nos però cal tenir present l’energia que hi dediquem i conèixer també la nostra tendència reactiva quan les coses se surten de lo planificat-organitzat.
    Gràcies Joan!!

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