Cuenta una historia que un anciano empezó a buscar algo por el jardín que había fuera del monasterio.
Al cabo de un tiempo, una persona se le acercó y le preguntó:
¿Qué está usted buscando?
Las llaves del monasterio, que no las encuentro por ninguna parte, y eso que ya llevo un buen rato buscando.
Deje que le ayude.
Los 2 siguieron con la búsqueda, y a ellos se unió primero un monje del monasterio, después otro, y así hasta que al cabo de una hora eran 7 personas buscando las llaves.
Tras una hora más sin resultados, uno de los monjes se acercó al anciano y le dijo:
Disculpe, pero somos 7 personas que llevamos buscando unas llaves más de 1 hora en un jardín que tampoco es tan grande. ¿Está usted seguro de haberlas perdido aquí?
No. De hecho, estoy seguro de que las perdí en la despensa que hay en el sótano del monasterio.
Todos pararon de buscar al momento.
Entonces, ¿por qué las busca aquí afuera?
Es que aquí hay más luz y mejor compañía.